Bernardo Gómez del Campo: «No hay pacificación si nos vemos como enemigos»

Bernardo Gómez del Campo es “un ser humano que ha buscado integrar su vida profesional y humana en la búsqueda continua de su vocación y el cumplimiento de sus objetivos de vida, lo cual lo ha conseguido desde ya hace mucho tiempo”. Se considera “una persona con valores, honesta, integral y con grandes sueños”.

Las cosas que más le apasionan son “la salud, la vida, el respeto a la ley y todo lo relacionado con la seguridad integral”. Asimismo, “la relación con mi esposa es una pasión que tengo a flor de piel y el disfrute de la vida día a día”. Montar a caballo es uno de sus pasatiempos favoritos.

Lucha contra la corrupción en la policía

El mayor reto en la amplia carrera profesional de Bernardo Gómez del Campo ha sido la lucha contra la corrupción en la policía “en la que tuve que soportar los embates de la injusticia, la persecución y la investigación a mi persona”, siempre “protegiendo mi integridad y mi vida” y combatiendo “la calumnia a mi persona y a mi profesión”, señala.

Adentrarse en las instituciones de seguridad por “más de 35 años sin macha dentro de la policía” es el desafío más fuerte que ha tenido Bernardo. “Y no solamente eso, sobre todo la toxicidad de muchas personas que buscan hacer daño, inclusive denostar y atacar la honorabilidad de una persona”.

Una de la decisiones más difíciles y complejas que tomó Bernardo fue aceptar “una posición que nadie quería” en un contexto muy complejo. “Estaba en una posición cómoda de vida y decidí entrar a ese reto que fue ser Jefe General de la Policía de Investigación en una institución totalmente desarticulada, corrupta e ineficiente”.

Pese a las circunstancias que rodearon su estancia al frente de la Policía de Investigación, como “amenazas, injusticias y falta de apoyo político y profesional”, Bernardo pudo “reconstruir el tejido social policial y dejar en los policías de investigación una vida estable en cuestión profesional y personal en muy poco tiempo”, afirma.

La carrera policial, un proyecto de vida

Bernardo nos comparte que desde niño le surgió el interés por la investigación. “Desde la primaria ya hacía mucho trabajo de observación. Siempre me llamó la atención el concepto de justicia. También el hecho de indagar qué hay más allá de una persona; tratar de entender por qué los tejidos sociales se rompen. Y cada día me interesa más, desde muy joven, conocer las razones por las cuales una persona comete un acto delictuoso”.

Además, a temprana edad “me dedicaba prácticamente a coleccionar patrullas, a coleccionar policías, soldados y prácticamente una vocación que traigo desde mi infancia”.

Para Bernardo, la carrera policial representa “una ruta profesional, un proyecto y una pasión de vida”. Añade que “el agente que abraza la carrera policial sabe que tiene que renunciar a su vida personal, por lo menos los primeros años. Debe ser muy inteligente para tener un punto de equilibrio entre la vida personal, la salud, la libertad; en la dignidad de uno mismo; y debe ser guiada por la vocación y un gran y profundo amor a México
y a las instituciones de seguridad”.

También representa “una carrera profesional” y dejar de pensar “que es un oficio o una actividad para personas que no tienen otras opciones o que es para criminales que quieren asociarse con la placa y poder delinquir”.

Desde el año 2000, señala, es considerada “una carrera profesional que tiene un origen y un destino; que está basada en el conocimiento, la experiencia y por la parte muy personal de quien acoge y abraza esta carrera”.

Desafortunadamente, afirma, “no es una carrera que esté ordenada y que sea fácil en México, a pesar de los esfuerzos, la mayoría de los que integramos los cuerpos policiales hacemos nuestro propio proyecto de vida y nuestro propio sistema de carrera”.

Bernardo Gómez del Campo - Presidente de Misiones Regionales de Seguridad
Bernardo Gómez del Campo – Presidente de Misiones Regionales de Seguridad

Esta situación es consecuencia de que “no hay instituciones, ni siquiera la extinta Policía Federal, que hayan generado rutas serias, profesionales y, por lo tanto, es una carrera de mucha vocación, de mucha pasión, de mucha paciencia y de mucha autogestión y autoformación”, puntualiza.

Necesitamos limpiar las instituciones policiales

Bernardo Gómez afirma que, en general, el trabajo de los miembros de las instituciones policiales “no es valorada”, debido a que “algunos integrantes de los cuerpos policiales de los tres niveles de gobierno se han dedicado a enriquecerse con la posición; ampararse en la autoridad para poder negociar con delincuentes y acrecentar sus ingresos. Y esos pocos, que no son la mayoría, son los que se hacen públicos y notorios, y son los que llevan a la impunidad al delincuente y se relacionan con la delincuencia organizada”.

En consecuencia, señala, estas conductas “han tenido costos con la sociedad civil” porque se percibe como si todos los integrantes de los cuerpos de seguridad “fuéramos hechos de la misma medida”.

Ahora bien, acepta, que “dentro de las instituciones hemos tenido la oportunidad de extraer esa escoria y no se ha hecho. Se ha tenido la oportunidad de hacer limpiezas y utilizar los mecanismos tecnológicos para poder hacer verdaderos controles de confianza”.

Reconoce la apatía que impera entre los propios integrantes de las instituciones policiales y de investigación criminal. “Los que tienen la oportunidad de cambiar de profesión lo hacen. Pero generalmente los corruptos son los que trascienden, los que hacen las instituciones y los que acaban enalteciendo, entre comillas, una institución simulando honestidad cuando es corrupta”.

Para Bernardo, “el policía honesto debe salir a trabajar, debe salir a manifestar que es un policía honesto, y hacer un efecto multiplicador para poder, en un momento dado, bajar el nivel del policía corrupto y subir el alto porcentaje de policías honestos que hay en el país”.

Inexistente estructura sólida en seguridad pública

En cuanto a la situación de la seguridad pública en México, Bernardo señala que “tenemos una falta de consolidación de instituciones y una precaria ruta profesional de las corporaciones municipales”. En el año 2000, asegura, se perdió la gran oportunidad cuando “surge el Sistema Nacional de Seguridad de contar con una ruta profesional y un servicio de carrera civil con la Policía Federal.

Hoy tendríamos 23 años de carrera, así como mandos superiores con una ruta profesional estable, varias generaciones de oficiales y de suboficiales, haciendo una función de prevención, de investigación y de reacción en la policial federal y estatal”.

No obstante, “cada sexenio se renuevan instituciones por ideas, proyectos y modelos poco explorados, poco analizados, poco estudiados o peor aún, por ocurrencias de los presidentes y políticos en turno que piensan que romper una institución y construir otra es un asunto administrativo y no un asunto de trascendencia”.

Los sucesivos cambios en las instituciones policiales en todos los gobiernos ha provocado que no exista “una estructura sólida de seguridad pública en el país desde hace 23 años”. La visión de largo plazo está ausente en cada administración, apunta, “y para estar en condiciones de tenerla tenemos que hablar con la verdad y pensar que, en su caso, si la Guardia Nacional trasciende, tendremos que esperar cerca de 20 años para pensar una fuerza policial que esté verdaderamente consolidada”.

Quien diga que 6 años es tiempo suficiente para “crear una policía con doctrina, principios, valores y trascendencia, está mintiendo”, asegura Gómez del Campo.

Y esto solo pensando en una policía nacional o federal, porque “nunca ha habido verdaderamente una policía estructurada a nivel federal en los estados. Algunas han conseguido tener un servicio de carrera y han podido consolidarse, pero traen el problema de la ineficiencia o de la corrupción”.

En el caso de los municipios, señala, “hemos tenido una deuda pendiente con la policía municipal, porque estamos encajonados en un sistema constitucional de autonomía municipal que no nos permite poner orden en las policías” en ese orden de gobierno.

Un México en paz, una tarea de largo aliento

En la construcción de un México sin violencia y en paz se deben enfrentar diversos retos. El primero, apunta Bernardo, es “hablar con la verdad porque tenemos 20 años diciendo cosas que nunca fueron reales. En un momento se habló de un pacto ciudadano y un pacto político para limpiar las estructuras políticas y administrativas, y nunca se hizo”.

Nuestro gran problema, asegura, “es seguir creando una clase política que se basa en la mentira, que se basa en el poder por el poder mismo y que ha dejado a un lado los principales valores de la política mexicana, que es servir a los demás y no servirse ellos mismos de los demás”.

El aspecto es “reconciliarnos entre los mexicanos”. Para él, “no puede haber una pacificación de un país si nos vemos como enemigos”.

En tercer lugar debe promoverse “una mayor participación de la comunidad en los temas de seguridad. Necesitamos generar una gran cultura de la prevención y una gran cultura de la autolimitación de nosotros mismos y la autoprotección. Necesitamos escuchar a los especialistas en seguridad pública, seguridad ciudadana y seguridad humana para que lleguemos a un modelo de policía en los tres niveles de gobierno”.

Proyecto de Nación

El Proyecto de Nación de Bernardo Gómez del Campo es un país donde exista “una gran clase media, un desarrollo nacional, partiendo de crear un modelo de seguridad humana con el que he estado trabajando ya desde hace diez años, en el que las siete dimensiones de la seguridad humana lleguen al desarrollo personal”.

En este sentido, abunda, “el desarrollo personal como la mínima unidad de crecimiento de un tejido social que es la persona. Que la persona pueda tener acceso a esas siete dimensiones de la seguridad humana, desde la alimentación hasta un empleo digno y que podamos generar el suficiente desarrollo humano para crear un capital humano que se convierte en un capital social positivo para el país”.

Desde la perspectiva de Bernardo, “si conseguimos desarrollar a la persona, el tejido social se va a reconstruir y ese capital social nacional va a crear municipios, estados y una nación de una gran clase media, con muchos ricos, con pocos pobres y con la mayor cantidad de personas desarrollándose en sus proyectos de vida personales”.

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Fuente: Líderes Mexicanos https://lideresmexicanos.com/gobierno-en-linea/no-hay-pacificacion-si-nos-vemos-como-enemigos/

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